Compositor: Klaus Badelt (1968)
Año de composición: 2005
Fecha de salida: 2006-05-09

Discográfica: Superb Records
Referencia: SPB-2641
















Tracks:

1. Freedom of the Wa 2:38
2. Wuji - Main Theme 3:43
3. Love Theme 2:11
4. Kunlun, the Slave 1:46
5. Qingcheng, the Princess 1:20
6. Guangming, the General 1:05
7. Wuhuan, the Duke 1:51
8. Princess Kite 5:01
9. The Promise 5:20
10. Snow Country 4:29
11. The Robe 8:02
12. Save the King 3:58
13. Guilang, the Assassin 2:23
14. Saving a Princess 3:16
15. Feather Fight 2:02
16. Waterfall 2:43
17. Stampede 4:44
18. Come Back 4:25
19. Birdcage 1:51
20. Wuhuan's Plan 10:20

Total: 73:10


Créditos

Música compuesta por Klaus Badelt.
Orquestaciones de Robert Elhai, Jeff Toyne, Ian Honeyman, Andrew Rather.
Interpretada por The Chinese National Symphony Orchestra, dirigida por Li Xincao.
Músicos solistas destacados: Hang Yue (Voz), Liu Huanan (Flauta Di Zi), Li Chuanyun (Violín)
Album producido por Klaus Badelt y Christopher Brooks.



Reseñas

Hay ocasiones en las que caemos en el error de encasillar a algunos músicos en un género o estilo con el que quizás los menospreciemos injustamente. En el caso de Klaus Badelt, he de confesar al lector que hasta la fecha me parecía un compositor tan insustancial y limitado como lo puedan ser algunos de los más sobrevalorados “genios” de la Mediaventures (especialmente el surafricano Trevor Rabin). “The Time Machine” o “K-19” fueron obras que abrieron un hueco de esperanza en mi forma de ver a este joven autor, pero trabajos como el “Piratas del Caribe” -ensalzado hasta la saciedad por muchos- o el insulso “Catwoman”, sin olvidar su chirriante aportación electrónica para “Constantine”, sirvieron para confirmar mis temores iniciales ante lo que creía un músico fotocopia del catálogo de estilo zimmeriano.

Pero he aquí que Mr. Badelt decidió un buen día dar un salto de calidad, cambiando de registro e involucrándose en un singular proyecto que le llevaría a componer la banda sonora para la producción china más cara de la historia, este "Wu Ji". Un filme que con enormes medios tanto visuales como artísticos, le ha brindado la oportunidad única de escribir un trabajo sinfónico tan ambicioso como en último término sugerente a oídos del aficionado. Estamos sin lugar a dudas ante la composición más madura del alemán, ante una obra de auténtico artesano en la que sorprende sobremanera el radical cambio armónico hacia senderos más tradicionales propuesto por el músico.

Comenzar diciendo que aunque algunos podrían encontrar paralelismos entre esta obra y el score para “El Último Samurai” (referente obvio por otro lado), Badelt intenta desde el primer minuto de su partitura romper con las ideas preconcebidas que muchos teníamos sobre su carácter de discípulo encasillado en la impronta Mediaventures. Si bien no dudo que la sombra de Zimmer es alargada -y más en un joven como Klaus-, es justo resaltar que no sólo se aprecian muchos menos vestigios en el álbum del estilo Mediaventures (pocos pero los hay, todo sea dicho), sino que además no encontramos esta vez al séquito de músicos tradicionales de la compañía rellenando los apartados secundarios del score. No en vano, se encarga de la orquestación Robert Elhai, colaborador habitual de Elliot Goldenthal, detalle que hace pensar en las evidentes intencionalidades rupturistas de Badelt por liberarse, al menos en esta ocasión, de su estigma zimmeriano y presentar un trabajo más personal con el que reivindicarse, cosa que desde luego consigue.

Entrando en materia, cuando uno arranca el CD y encuentra esa cálida voz de Hang Yue sobre percusión tribal, sumergiéndole en las marismas de un tema sencillamente majestuoso (”Freedom of the Wa”), intuye al momento que algo bueno, muy bueno está por llegar en los algo más de 70 minutos de duración del álbum. Un corte que introduce al espectador en la mágica historia de amor y leyenda épica que depara el filme: una concubina bella hasta la extenuación que no puede experimentar el amor verdadero por un hechizo de infancia; un esclavo que la ama hasta el extremo de dar la vida por ella; un valiente general que igualmente la desea... Tres personajes que se entrecruzan para conformar un cuento legendario oriental cuya grandiosidad plasma Badelt con suma elegancia ya en esta primera frase musical. Similar a lo que logra, aunque esta vez sin aderezo coral, en el ”Wuji - Main Theme”, a la postre el tema central del score y seguramente el que mayor empaque oriental presenta.

Cuando todavía el oyente no se ha recuperado de tan espectacular arranque melódico, se encuentra con la sencillez lírica convertida en emotivo tema de amor. La cítara china y la flauta di zi se aúnan como almas gemelas en este atinado "Love Theme", una pieza que pese a compartir varios acordes con cierto tema de “Rain Man” no deja de ser una frase musical fantásticamente orquestada, de aquellas que hasta el oído más abrupto no cesaría de tararear durante días.

A continuación, hacen acto de aparición los tres leitmotiv para los principales personajes de la trama, piezas breves pero realmente espléndidas. De todas ellas, la más arrolladora sea probablemente el ”Kunlun, The Slave”, asociada al esclavo enamorado hasta el tuétano de la Princesa Quingcheng. Su sentimiento puro y su dificultad para alcanzar el corazón de la fémina explican el inicio delicado del corte y su paulatino devenir hasta desembocar en una melodía in crescendo que nos devuelve a esa épica siempre buscada por Badelt.

Para el tema de la Princesa, el compositor acude a la frase del ”Love Theme” pero entonada aquí con unas cuerdas distantes, por momentos frías y bucólicas, representando con ello la desgraciada paradoja de una mujer bendecida por la belleza extrema pero víctima de una maldición que le impide de por vida disfrutar del verdadero amor.
Y finalmente, en el caso del leitmotiv del General Guangming, la música se vuelve pretenciosa, contundente, con un arranque a metales rozando lo militarista y enfatizando con ello la grandeza del guerrero, esta vez en clave heroica.

Tres piezas de la suficiente fuerza retentiva como para que Badelt las vaya intercalando a lo largo de la partitura a medida que cobra protagonismo cualquiera de los personajes -dando relevancia, eso sí, al motivo de amor y por ende al de la Pincesa Quingcheng-.

Ante este impetuoso comienzo del álbum -ni más ni menos que 6 cortes seguidos sensacionales-, resulta razonable que el posterior desarrollo del mismo quede un tanto deslucido. Pero ojo, no porque la música flojee en exceso a partir de entonces; sucede que Badelt ha puesto tan alto el listón desde el principio, que el oyente espera similares torrentes líricos a partir de estas ideas centrales. Y los hay, pero en forma más comedida y en un tono algo más incidental comparado con las piezas casi de “concierto” oídas anteriormente.

De todas formas, aún resta material muy destacado por escuchar: desde la jovialidad del ”Princess Kite” (que incluye una deliciosa y cálida variación del tema de amor), hasta la grandeza contenida de "Birdcage", pasando por el grueso de cortes de acción que pueblan esta segunda parte del disco. Precisamente en ellos es en donde el uso de los taiko drums cobra una especial importancia, teniendo una aparición estelar en ”Guilang, The Assasin”. No obstante, como partitura oriental ideada por un alemán, la orquestación en términos generales tiende más a dar preferencia a los instrumentos clásicos occidentales, y desde luego agradecemos que por una vez Badelt evite la tentación de atronarnos con los consabidos samplers marca de la casa.

La verdad es que, al menos rítmicamente, este grueso de cortes de acción ahondan en ciertos parámetros Mediaventures de composición. “El Último Samurai” nos viene de nuevo a la mente, pero eso sí, de forma disimulada y sólo en lo concerniente a su construcción rítmica mencionada. Más que nada porque escuchando el elegante tratamiento percusivo del ”The Robe” o el desbordante tour de force frenético de "Stampede", pocos asociarían ambos cortes al mismo autor que rehusó un sonido verdaderamente orquestal en “Piratas del Caribe”. La elegancia con la que suenan los metales, la destreza de sus transiciones armónicas, las cuerdas que huyen del sonido plano últimamente ofrecido por los chicos de MV.... Todas ellas constituyen razones de peso para desterrar cualquier prejuicio que pudiéramos seguir teniendo acerca de las aptitudes musicales del aquí talentoso Badelt.

Los diez minutos de duración del ”Wuhuan´s Plan” sirven como cierre del disco, así como de nuevo ejemplo de la fuente zimmeriana que salpica el trabajo en momentos puntuales -más evidente ahora que en los 60 minutos de música con los que hemos disfrutado hasta llegar aquí-. Algo disculpable si tenemos en cuenta el espléndido material escuchado con anterioridad, de la calidad suficiente para convertir sin paliativos a este score en el mejor escrito por Klaus Badelt en su corta carrera como músico de cine.

Por poner un “pero” al disco, señalar la deficiente calidad sonora de la que adolece en determinados instantes; no tanto por la interpretación de la orquesta (una Sinfónica de China que se desenvuelve francamente bien) sino por lo poco atinado de la grabación en sí (cierta falta de matices), circunstancia lógica si tenemos en cuenta la escasa experiencia de unos profesionales chinos a los que imagino no muy habituados en estas lides.


José-Vidal Rodriguez . . . . SCOREMAGACINE

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Referencias
Wu Ji - The Promise / La Promesa (2005)
Película dirigida por Chen Kaige.
Interpretada por Hiroyuki Sanada, Jang Dong-Gun, Cecilia Cheung, Nicholas Tse, Liu Yeh, Chen Hong, etc.