Compositor: Alan Silvestri (1950)
Año de composición: 1994
Fecha de salida: 1994-08-02
Discográfica: Epic /Soundtrax
Impresor: Sony Music (USA)
Referencia: EK 66430










Tracks:

1. "I'm Forrest... Forrest Gump" 02:42
2. "You're No Diffrent" 01:00
3. "You Can Sit Here"
02:27
4. "Run Forrest Run"
02:14
5. "Pray With Me" 00:58
6. The Crimson Gump
01:08
7. "They're Sending Me To Vietnam"
02:24
8. "I Ran And Ran"
01:43
9. "I Had A Destiny" 01:19
10.Washington Reunion
00:46
11.Jesus On The Main Line
02:00
traditional - arranged by Alan Silvestri - soloist: Donny Gerrard
12."That's My Boat" 01:16
13."I Never Thanked You"
00:48
14.Jenny Returns
02:43
15.The Crusade
02:01
16.Forrest Meets Forrest
01:42
17.The Wedding Guest
01:48
18.Where Heaven Ends
01:34
19.Jenny's Grave
01:27
20."I'll Be Right Here"
00:49
21.Suite From Forrest Gump
06:34

Total: 39:23



Créditos
Música compuesta y dirigida por Alan Silvestri.
Orquestaciones de William Ross.
Interpretada por una orquesta de sesión de Los Angeles.
Orquesta contratada por Sandy DeCrescent.
Grabada y mezclada por Dennis Sands. Editada por Kenneth Karman.
Masterizada por Joe Gastwirt.
Album producido por Alan Silvestri.


Reseñas

El innegable talento de Alan Silvestri, al igual que el de tantos otros grandes del mundo de la composición cinematográfica, parece no haber tenido hasta el momento el beneplácito de una Academia de Hollywood que en los últimas tiempos se intuye abonada a premiar lo exótico o diferente, en detrimento de otras obras musicales de mayor calidad a los ojos de no pocos profesionales y aficionados. En este orden de cosas, tan sólo una nominación al mejor score original (aparte de la obtenida por la canción “Believe” de “The Polar Express”) figura en el haber del músico californiano, nominación lograda en 1995 al amparo del éxito mundial del filme que precisamente nos ocupa, ”Forrest Gump”. En aquella gala, Silvestri vería como el todopoderoso Hans Zimmer le arrebataba el Oscar por su simpática -y mucho más comercial- composición para “El Rey León”.

La historia de Forrest Gump, personaje convertido a estas alturas en todo un mito del cine reciente, volvió a unir a una de las parejas artísticas más estables en el panorama cinematográfico actual, Robert Zemeckis y Alan Silvestri, en un relato generacional asentado en la espléndida interpretación de Tom Hanks, mediante el que el director norteamericano realiza un variopinto repaso a la historia reciente de los Estados Unidos, vista siempre a través de los ojos de aquél entrañable retrasado mental que acabará por convertirse en poco menos que héroe nacional.

Un Silvestri asociado casi hasta el encasillamiento a proyectos de contundente violencia sonora o a comedias de cierta ligereza, afrontaba aquí el reto de cambiar radicalmente de registro, en orden a transmitir el necesario halo de inocencia, sinceridad y sentimentalismo con el que Zemeckis deseaba retratar el singular personaje de Gump. A su vez, la música debía plasmar ese insólito recorrido por la existencia del protagonista, proyectándose desde el aspecto externo del personaje, haciendo un especial incapie por tanto en la plenitud de entornos y situaciones dispares que marcarán a la postre sus reacciones ante la vida.

En este sentido, el director concede gran importancia -como es lógico- a las canciones símbolo de cada época (desde un incipiente Elvis Presley hasta el mismísimo Randy Newman); canciones tan abundantes que incluso originaron la publicación paralela de un doble compacto de gran éxito comercial. Por este motivo, el score de Silvestri parece relegado a un segundo plano en cuanto a su duración, más no en lo relativo a su trascendencia dentro del filme. Uso contenido éste de la música incidental, que años más tarde y con muy buenos resultados, explotaría Zemeckis al extremo en su “Náufrago”.

Así las cosas, Alan ahonda con suma intensidad melódica en los sentimientos de Forrest, dibujando sonoridades entregadas generalmente a robustas cuerdas y maderas. Limpia y precisa orquestación de Williams Ross que le sirve al compositor para describir ese tortuoso -y a la par fascinante- camino desde la niñez del protagonista hasta su fase adulta. Precisamente por esto último, es por lo que el score se convierte en un trabajo de excelsa variedad lírica, en el que cada corte funciona prácticamente como tema con auténtica sustantividad propia, sin nexos de unión claramente definidos a excepción de dos motivos claves en el contexto de la soundtrack.

El primero de ellos, no puede ser otro que el dedicado a la figura de Forrest, presentado de modo circular con gran acierto al comienzo ("I´m Forrest... Forrest Gump") y al final de su relato ("I´ll Be Right Here"). Una retentiva melodía, entregada abiertamente a aquél piano de acordes sutiles y directos, que en su posterior desarrollo a dulces cuerdas no trata sino de acrecentar en el espectador la sensación de hallarse ante una historia -y sobre todo, un narrador- plenos de inocencia, sensibilidad y buenos sentimientos.

En cuanto al segundo leitmotiv que unifica en cierta forma el trabajo, encontramos el radiante tema dedicado a la relación de Gump con su eterna amada Jenny, que se nos presenta en el mágico instante en que ambos se conocen en su niñez (“You Can´t Sit Here”). Otro arranque musical de gran belleza que fusiona en sus notas el necesario poso de ternura y romanticismo, entremezclado con cierta sensación agridulce por un amor no correspondido durante años, pero que acaba por imponerse ante la entrega incondicional del protagonista hacia la joven (“Jenny Returns”, “Forrest Meets Forrest”).

Otro de los grandes aciertos radica en que el tono global del score, pese a las dramáticas visicitudes que atraviesa el protagonista durante la cinta, transita por los senderos de un comedido aire bucólico no exento de esperanza, plasmación perfecta de esa particular filosofía conformista de Forrest ante la vida (resumida genialmente en esa imborrable frase alegórica sobre la “caja de bombones”). De esta forma, “They´re Sending Me To Vietnam" o “Where Heaven Ends” conforman cortes que rehúsan el verdadero dramatismo intrínseco a las escenas, en favor de un tratamiento musical sereno en el que priman, con bastante fortuna, las frases apelando a lo nostálgico.

Para los momentos de mayor optimismo de la cinta, Mr. Silvestri nos reserva el único motivo en el que la música abandona ese tono de languidez melódica, para tornar en una interesante muestra de energía rítmica y cierto halo de heroicidad a los metales, descriptiva de las proezas logradas por este entrañable disminuido convertido en todo un ejemplo de coraje y superación. Cortes tales como “Run Forrest Run” o “The Crusade” utilizan ampliamente esta vigorosa textura, mientras que una de las mejores pistas del CD, “The Crimson Gump”, acaba por desarrollarla en formato de apoteósica marcha triunfal, en otro ejemplo más de la profunda riqueza cromática de la partitura.

“Tonto es el que hace tonterias”, según nos descubría Forrest en la película. Pero ni un pelo de tonto demuestra este inspiradísimo Silvestri al ofrecer un soberbio ejemplo de distinción y sensibilidad melódicas que traspasa con mucho los estrechos márgenes de las imágenes, convirtiéndose en un trabajo francamente delicioso en su audición en compacto. Sin lugar a dudas, partitura referencia dentro de la extensa filmografía del autor californiano.

12-mayo-2007

Autor: José-Vidal Rodriguez SCOREMAGACINE


Referencias
Forrest Gump (1994)
Película dirigida por Robert Zemeckis.
Interpretada por Tom Hanks, Robin Wright, Gary Sinise, Mykelti Williamson, Sally Field, Rebecca Williams, Michael Conner Humphreys, Harold G. Herthum, etc.